EL
PODER Y LA VIOLENCIA EN LOS NIÑOS
PERDIDOS DE LAILA RIPOLL
Los niños perdidos,
obra de la madrileña Laila Ripoll narra la historia de unos niños que han
perdido a sus familiares a causa de la Guerra Civil española y que viven en un
desván de un orfanato.
Las condiciones de vida
de estos niños son pésimas. El trato al que son sometidos por parte de sus
cuidadoras es denigrante, tienen que comer la comida del suelo y los tratan
como animales. Esto no hace más que reflejar la cruda realidad del contexto
histórico al que remonta esta obra. Los padres de estos niños han sido
fusilados durante la época franquista por apoyar a la República. El maltrato
físico y psicológico impera durante toda esta obra, no solo entre los niños en
sí, que mantienen numerosas riñas que los llevan a la violencia física y verbal
con multitud de insultos, sino psicológica, como es el caso de Cucachica que
sueña con ver a su madre cuya ilusión se desvanece al conocer la triste
realidad de los hechos: su madre ha muerto.
Los protagonistas son
tres niños: Cuca, Lázaro y Marqués junto con un retrasado mental de cincuenta
años que se llama Tuso. Lázaro y Marqués son los más belingerantes, entre ellos
tienen lugar numerosas riñas y peleas físicas. Cuca, es más infantil y es el
blanco de los ataques e insultos de los otros dos. Cuca tiene un problema desde
su más remota niñez que le impide controlar sus necesidades más primarias y
esto hace que miccione todas las noches. Debido a este problema, Cuca va a
padecer numerosas vejaciones por parte de sus compañeros.
Tuso, el más mayor de
los tres, se muestra más calmado y mesurado durante toda la obra. No obstante,
decide robarle una escopeta al jardinero para matar a la monja que los
maltrata. Como los niños saben, la monja es un fantasma, y ellos mismos
asistieron a su funeral. Tuso decide hurdir un plan para matar a la monja, que
consiste en extender una cuerda de un extremo a otro de la escalera para que la
monja caiga y acabar así con su vida.
Al final de la obra se
descubre que todos estos niños junto con la monja habitan en la imaginación
Tuso, el disminuido mental. La intención de Laila Ripoll es poner de manifiesto
la violencia y la agresión que sufren estos niños, la parte más desfavorecida
de la sociedad, por parte de quienes detentan el poder durante la Guerra Civil
española. Para ello, recurre a un espacio simbólico, el desván de un orfanato
en el que también van a tener cabida los momentos lúdicos con representaciones
metateatrales. Estos niños, desde una perspectiva ingenua, van a ser los que
van a describir la triste realidad que les tocó vivir.
José Luis Braulio Benítez.