EL
PODER Y LA VIOLENCIA EN SALVAJES DE
JOSÉ LUIS ALONSO DE LOS SANTOS
Salvajes
es un obra de José Luis Alonso de los Santos en la que el título resulta ya
bastante agresivo y que anticipará lo que de lo que va a tratar la obra. Lo
mismo que sucede con otras obras conocidas del autor como Bajarse al moro.
La obra cuenta la
historia de tres adolescentes: Raúl, Mario y Bea que están bajo la
responsabilidad de su tía Berta. Esta, al inicio de la obra, acaba de salir de
la cárcel por un delito de tráfico de drogas. Este hecho se nos va contando a
medida que avanza la obra. Estos tres jóvenes se encuentran inmersos en un
mundo dominado por las drogas, la prostitución y la delincuencia. De hecho, su
tía, Berta, cumple condena por un delito que no cometió, sino que asumió la
responsabilidad ella misma para que no afectara así a sus sobrinos.
El medio social es
clave para conocer este ambiente de miseria social en el que se mueven los
personajes y que los va a condicionar durante toda la obra. Se trata de un
círculo vicioso del que no pueden salir, en el que la reintegración no es
posible, excepto en algunos casos.
Raúl, el más joven de
los tres es el más violento y agresivo. Pertenece a los skin heads y es acusado
de la muerte de un inmigrante nigeriano, al que él y sus amigos habían golpeado
con un bater de beisbol. Su violencia no es solo verbal, sino física. No duda
en hacerle frente a su tía, inlcuso la llega a increpar. En la escena en la que
están todos comiendo espaguetis con tomate, Raúl se pone muy violento con su
tía Berta y llega a tirar su plato. La joven Bea está sumergida en el mundo de
la prostitución. A causa de esto, Roco y Raúl mantienen una acolorada disputa,
ya que el hermano pequeño no quiere que Roco se acerque a su hermana Bea.
Otro momento donde se
muestra la violencia física en la obra es cuando Charly y Nono, los dos
camellos, increpan a Bea y Berta reclamando el dinero que le deben Mario y Raúl
a consecuencia de la venta de drogas.
Raúl, en cuanto ve a estos dos en su casa, no duda en echarles la mano
al cuello, pero su hermano Mario, que es bastante más prudente, logra pararlo
sin que llegue la sangre al río.
Finalmente, la vida no
pinta bien para estos chicos. Raúl muere a consecuencia de las drogas, Bea
sigue sumergida en el mundo de la prostitución y Mario es el único que logra
rehacer y encaminar un poco mejor su vida gracias a una novia que tiene con la
que se va a vivir. Para Berta, la cosa pinta mejor, se va con el comisario, que
siempre había deseado conocerla más de cerca, al Cabo de Buena Esperanza.
José Luis Braulio Benítez.
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